martes, 10 de mayo de 2011

Teatro de Aficionados

Cuarta parte de:
Cádiz; ciudad con tradición teatral


Teatro Jaime Balmes


Durante el siglo XVIII se construyó en la calle Arbolí, nº 5, hermoso edificio con destino a casino.


Dicha construcción fue costeada mediante una suscripción de los socios del mismo, integrados en su mayor parte por franceses establecidos en Cádiz, dedicados al comercio, así como también por extranjeros de otras nacionalidades consagrados a la misma actividad.


Este lujoso edificio, además de otras dependencias, poseía un salón de orden romano de 26,74 mts y 8,35 de alto. Tenía cinco grandes arcos del mismo orden, los cuales por uno de sus costados comunicaban con galerías que daba paso a un precioso jardín.


Las paredes de este salón estaba adornadas con bonitas labores de estuco, todo ello dentro de una línea del más exquisito gusto, constituyendo esta finca no sólo una excelente casa de recreo, sino también una lonja útil para los negocios, por las numerosas personas que acudían a sus amenas y gratas reuniones.


En estas reuniones se suscitaban muchas disputas y por las distintas lenguas que hablaban sus socios, el vulgo vino a denominar a este Centro “La Camorra”.


Durante la Guerra de la Independencia y debido a ser sus socios en gran mayoría de origen francés, quedó abandonado el edificio, incautándose del mismo la Junta de Represalias.


Al fundarse el Ateneo de Cádiz el 28 de Abril de 1855, se estableció en este edificio, construyendo un teatro en este salón, habiéndose conservado en su embocadura.


El teatro resultó muy capaz para recreo de sus socios y estaba adornado con gran lujo y buen gusto.


Al abandonar este local el Ateneo, se fueron estableciendo en el mismo con el transcurso del tiempo diversas asociaciones que utilizaron este Teatro para sus fines artísticos y culturales, todas merecen una breve mención: en 1865 se estableció el “Círculo Artístico Recreativo”, en 1881, el Gobernador Civil concedió para establecer en la plata baja del edificio, un “Círculo Recreativo y Liceo Dramático”, a finales del siglo XIX, también tuvo su sede la “Real Academia Filarmónica de Santa Cecilia”, hacia el año 1923 se estableció en este edificio el Salón “Kursaal Gaditano, que ocupo los tres pisos de la citada finca.


Teatro “La Infantil


Se estableció a mediados del pasado siglo, en la planta baja de la finca número 2 de la plaza de Topete. Era de reducidas dimensiones y sólo disponía de las localidades de silla. Como indica su denominación, se dedicaba principalmente a dar funciones para los niños.


Durante las fiestas de Navidad se daban representaciones con los muñecos de “La Tía Norica”, actuando también en otras ocasiones cuadros artísticos de niños aficionados que ponían en escena Estampas del Nacimiento de Jesús y cuentos infantiles escenificados.


Algunos años después, su propietario se dedicó a otras de mayor envergadura, comenzando a actuar agrupaciones de aficionados que ponían en escena dramas y comedias para el público adulto.


Teatro de la Posada de la Academia


A mediado del siglo XIX, se estableció este Teatro, en la misma Posada que arrendaron los Condes de Alcudia para la Academia de Guardias Marinas, en el siglo XVIII, la que se encontraba situada en la calle Fabio Rufino, 2.


El local era muy amplio, sólo se daba una función que comenzaba a las ocho de la tarde, los jueves, domingos y festivos. Tras una sinfonía se ponía en escena por una compañía de aficionados, una o dos obras teatrales cortas y después, como fin de fiesta, actuaban artistas aficionados de diversos géneros, tales como ilusionistas, cantantes, recitadores, etc.


En el año 1855 se puso en escena en este Teatro, la obra en verso dividida en dos actos, original del autor gaditano D. José Sanz Pérez y música del maestro D. Mariano Soriano Fuertes “El Tío Caniyitas”, la que ya se había estrenado con gran éxito en el Teatro San Frenando de Sevilla, en 1849. la representación de esta obra en nuestra ciudad, la que estaba compuesta a base de cantos populares del pasado siglo, constituyó un importante acontecimiento, manteniéndose varios días en el cartel y como original propaganda de la misma, se vendieron abanicos en la puerta del teatro, con dibujos alusivos a dicha obra.


El historiador gaditano D. Adolfo de Castro y Rossi, hizo la crítica de dicha obra en la prensa, teniendo frase de elogio para la misma.


En el año 1861, la finca en que se encontraba instalado este Teatro, que lindaba con el Municipio, fue derribada en unión de otras colindantes, para la ampliación del Ayuntamiento.


Teatro Circulo Gaditano


En el mes de Abril de 1867, bajo la presidencia del comerciante y propietario D. Diego Carreras, se constituyó la Sociedad “Círculo Gaditano para el Fomento de las Artes”, en cuya finalidad era proporcionar mediante una módica cuota mensual, recreo lícito y la educación necesaria a la clase trabajadora, según sus distintas ocupaciones y en consonancia con gustos y deseos.


Dicha Sociedad estableció su local social en la Plaza de Jesús Nazareno, 12 y de acuerdo con el programa trazado, en el mismo se establecieron clases sobre distintas materias y se instaló una biblioteca.



Para recreo y esparcimiento de sus socios y familiares, se construyó un bonito y cómodo teatro. Dicho Coliseo que era espacioso, disponía de localidades de palcos y butacas y se encontraba alumbrado con lámparas de aceite.


Fue denominado por el público “Cabaña Suiza”, por tener la forma de dicha construcción.


En Noviembre de 1868, la Sociedad de recreo “Tertulia Gaditana” fijó su sede social en el mismo local, para la utilización del teatro se redactaron unas normas.


En Abril de 1875, se dotó a este Teatro de alumbrado de gas, efectuándose en el mismo notables mejoras, y dándosele el nombre de “Bretón”, en memoria del poeta D. Manuel Bretón de los Herreros.


Al establecerse, algunos años después, en la finca que ocupaba este “Circulo Gaditano” y en otras colindantes el “Centro Católico de Obreros” (Institución de recreo y enseñanza a cargo de los Hermanos de las escuelas Cristianas), este Coliseo quedó para salón de actos, conferencias, conciertos y representaciones teatrales.


En el año 1936, al ser incendiado el “Centro Católico de Obreros” desapareció entre las llamas este Teatro.


Teatro Cervantes


En Septiembre de 1873, se constituyó en nuestra Ciudad un nuevo Centro de amena reunión, bajo la denominación de “Centro Mercantil Recreativo”, que estableció su local social en la finca número 19 de la calle Bilbao, en cuyo edificio estuvieron anteriormente instaladas la capilla y escuelas evangelistas.


La instalación de dicho Centro fue sufragada íntegramente por el comerciante y presidente de dicha Sociedad, D. José María Rey , siendo la finalidad de esta Asociación proporcionar a la clase obrera ameno y agradable esparcimiento mediante un escaso desembolso, consistente en el pago de la cuota mensual de la misma.


En la plata superior se instalaron la secretaría, biblioteca, bar y sala de juego diversos.


En el salón bajo, que era de gran amplitud y se encontraba decorado con suntuosidad y gusto, se instaló un teatro, colocándose al efecto al final del mismo un bonito y amplio escenario.


Este local, al que se denominó “teatro Cervantes”, se celebraron reuniones, bailes, conciertos y representaciones teatrales de diversos géneros. Su inauguración tuvo lugar en septiembre de 1873, celebrándose un concierto instrumental bajo la dirección del maestro de capilla de la Santa Iglesia catedral.


También se celebraron en este Coliseo otras atracciones muy diversas, ente las cuales destacar por su curiosidad y rarezas: en 1874 y sucesivos una exposición artística y científica, en la que se exhibieron momias, hermanos siameses, fetos en aguardiente, el ruiseñor de las dos cabezas y piezas mecánicas de la Inquisición.


El solo anuncio de esta exposición despertó gran interés entre el público, prolongándose la misma durante varios días y formándose a las puertas del Teatro largas colas de personas para poder tener acceso al mismo. La entrada, sólo se permitían a los hombres.


Dicha exposición fue tema de comentario general durante un largo espacio de tiempo y en el Carnaval del año siguiente se cantaron varias coplas alusivas al fuerte impacto que había causado en el público.


Algunos días después se instaló en este mismo Teatro un Museo Etnológico y Anatómico, cuya inauguración tuvo lugar en Septiembre del mismo año.


Este Museo, que según se indicaba en la propaganda, había obtenido un gran éxito en Londres, Paría y Estocolmo…, se exhibieron diversos fenómenos humanos y de otras clase, este si podía ser visitado por mujeres, los ejemplares más raro y extraños habían sido colocados en una sala especial, para que no fueran visitados por aquellas personas más emotivas y sensibles.


En Agosto de 1876, se instaló en este local un café-teatro, formándose una Compañía de zarzuelas integrada por aficionados. Las fiestas de Carnaval se celebraban en este local con gran solemnidad, se adornaba profusamente, dándose durante esos días bailes de sociedad y de disfraces y actuaban aquellos coros y comparsas que más se habían destacado en las citadas fiestas.


Al extinguirse el “Centro Mercantil Recreativo”, el Teatro Cervantes tuvo diversos empresarios, a fines del 1884, se supone que ya no existiría dicho coliseo, ya que se trasladó a dicho local la firma comercial, dedicada a la venta de pianos de las mejores marcas. La citada Empresa transformó el Teatro en una sala de concierto.


Teatro Campos Elíseos


En el año 1869, el comerciante y propietario D. Juan Bautista, construyó en una amplia superficie de terreno que poseía en la Avenida de Portugal, un complejo de recreo bajo la denominación de “Campos Elíseos de Nuestra Señora de Regla”.


Esta instalación que fue creada para esparcimiento y recreo de la numerosa clientela de aquellos contornos de Extramuros que allí acudía dando prosperidad al naciente Barrio de San José, estaba rodeada de unos muros dentro de los cuales había jardines, alamedas, almacén de comestibles, restaurante y tienda de vinos y licores. Y para completar dicha instalación, se construyó también un Teatro, con capacidad para cuatrocientas personas.


En este Teatro actuaban Cuadros Artísticos que solían poner en escena obras teatrales cortas. También actuaban artistas aficionados de diversos géneros, tales como ilusionistas, caricatos y artistas de cante flamenco, cuyo aliciente era de constituir veladas que despertaran el interés popular. Durante muchos años fue el único Coliseo existente en extramuros.


También se celebraban en este Teatro concursos de cante flamenco entre aficionados y nota característica de dicho local era el acompañar el público asistente, con sus palmas, las actuaciones de estos artistas.


Teatro del Cristo


Hacia el año 1880, D. Rodolfo de Olea y Viaña, que con la fabricación de naipes de la marca de su apellido, había logrado reunir una fortuna, llevando de su afición al teatro, construyó a sus expensas un teatro para aficionados en un local de la plata baja de la finca número 5 de la calle Santo Cristo, el que debido a su lugar de emplazamiento, se denominó “Teatro del Cristo”.


En este local actuaban cuadros de aficionados, a los que el Sr. Olea, en muchas ocasiones y dada su característica generosidad, costeaba tanto el alquiler del vestuario como el decorado de las obras puestas en escena.


Al fundar D. Rodolfo de Olea, en el mes de Septiembre de 1883, el periódico de anuncios “El Indispensable”, que se editaba en su propia litografía, las representaciones de este Teatro se anunciaban en dicha publicación, la que se distribuía de forma gratuita.


Animado tal vez por los triunfos conseguidos en este local, en el año 1886 D. Rodolfo de Olea construyó el Teatro Cómico, en el año 1886.


Teatro “Los Amigos del Arte”


En la primera decena del siglo XX se fundó una Sociedad cultural y recreativa bajo la denominación, de “Los Amigos del Arte”, cuya finalidad indica su denominación, la que se sostenía con cuotas de sus socios y que radicó siempre en Extramuros. Independiente de sus actividades artísticas, dicha Sociedad presentaba su valiosa y entusiasta colaboración a otras manifestaciones de tipo cultural, como lo aprueba el hecho de que junto con la Sociedad de Turismo, patrocinó las excavaciones arqueológicas que se realizaron en la “Punta de la Vaca”, durante los meses de Septiembre y Octubre de 1912 y que proporcionaron tan valiosas piezas a nuestro Museo Arqueológico.


Esta Sociedad tenía un Cuadro Artístico del que formaron parte a través de los años destacados aficionados, que puso en escena numerosas obras teatrales. También organizaba conciertos, conferencias y otros actos de carácter cultural y recreativo para sus socios. A mediados del presente siglo tuvo un pequeño Teatro en la Plaza de San José, que dio muestras de gran actividad escénica de 1945 a 1957. Dicha Sociedad subsiste actualmente, pero al margen de las actividades teatrales de que dio muestra en los pasados años.


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