sábado, 8 de mayo de 2010

Cinturon de lastre

En el espigón rocoso situado al Norte, y recurriendo en esta ocasión a la inmersión submarina, podremos apreciar la base de su laberinto rocoso, así como visitar la cueva submarina que se encuentra a la derecha del lugar denominado El Aculaero donde se haya instalado desde el año 1971 un corazón de Jesús con los brazos abiertos, en menoría y recuerdo de Raúl Calvo Clavero y todos los buceadores que con posterioridad dejaron su vida en las agua gaditanas.


Para ello se utilizaron todas las pastillas de plomo del cinturón de lastre de Raúl y una pastilla de plomo de cada uno de los buceadores compañeros del finado, labor de recolección que coordinó el alma mater de la iniciativa, Paco Janeiro, campeón de pesca submarina y gran amigo de Raúl.


El cristo de Raúl, fue obra de los submarinistas Ricardo Curia e Ignacio Ardila, se creo en la antigua fundación de la calle Escalzo en el barrio de San José (Extramuros), este cristo de más de 100kilos y colocado sobre una base de hormigón a una profundidad de 3mts, en una cueva existente en este lugar, por lo que puede ser visitado con facilidad a pulmón libre. Existió la tradición durante años de depositar unas flores en aquel lugar costumbre que se ha perdido con el paso del tiempo.


También frente al antiguo gobierno militar, en la Alameda, está depositado a 5mts de profundidad, una placa de plomo en memoria de otro submarinista, Suso Senra, que también nos dejó en este mar de Cádiz.


Son bastantes submarinistas y pescadores que nos han dejado en agua de este litoral gaditano. El 2 de Mayo de 2009, no dejo otro submarinista “Jesús Sierra”, en aguas de su querida Caleta, en la cual sus amigos y hermano Martín le hicieron un ritual y sus cenizas fueron esparcida por este bonito rincón, en donde él tantas veces se había sumergido y tanto quería.



Jesús Sierra Iñeguez


A Jesús Sierra

Jesús y el mar: Por la blanda arena que lame el mar,

su pequeña huella no vuelve más.

Un sendero solo de pena y silencio

llegó hasta el agua profunda.

Un sendero solo de penas mudas

llegó hasta las espumas.

Sabe Dios qué angustias te acompañó

Qué dolores viejos calló tu voz

para recostarte arrullado en el cando

de las caracolas marinas la canción

que canta en el fondo del mar la caracola.

Te vas Jesús con tu soledad

¿qué poemas nuevos fuiste a buscar?

Y una voz antigua de viento y de mar

te requiebra el alma y la está llamando

y te vas, hacia allá como en sueños,

dormido Jesús vestido de mar.

Cinco sirenas te llevarán

Por caminos de algas y coral.

Tu Jesús caballero marino

harán una ronda a tu lado,

y los habitantes del agua

van a jugar pronto a tu lado.

estás en la brisa, está en el oleaje

estas en el día a día, está en el paisaje

en los besos de tu Madre, en la sonrisa

de tu Hermano en el abrazo de los que

te quisimos estás en tus amigos y estás

en mi ropaje

¿Por qué los seres que queremos no

Se van? Sólo cambia de paisaje…


Esta carta fue publicada en el Viva Cádiz, por el aniversario de su última inmersión, escrita por:

José Madroñal Mulero



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