domingo, 14 de marzo de 2010

Con el sambenito a cuesta

Hubo una época en que al decir que eras de Cádiz saltaba el gracioso de turno con el chiste de ¡UF! de Cádiz, tierra de mariquita, estos comentarios eran los que se solían oír, por suerte hace tiempo que no se escuchan, desde la masiva salida del armario, como se dice ahora, cuando se hace público esta tendencia sexual, se ha demostrado que en cualquier ciudad o pueblo, hay tantos como pudiera haberlos en Cádiz.


El origen de esta fama, durante mucho tiempo se ha venido barajando diversos orígenes del sambenito.


Una de estas teorías es que le vino por la costumbre en época antigua de deportar a lejanas tierras a todos aquellos que tenían esta condición, al ser nuestra ciudad puerto de embarque para las Américas, la influencia de los mismos era normal, por lo que el nombre de Cádiz era sinónimo de concentración de lo que se llamaba entonces mariquitas o uranitas.


Autores recientes, no satisfechos con la teoría anterior, en unas jornadas sobre Arte y Crimen, celebradas en Cádiz, el catedrático de filosofía Francisco Vázquez apuntó la posibilidad de que el origen estuviera conexo con el caso Ribot, citando al investigador:


Poco antes de 1900 Ribot fue gobernador civil en Cádiz, y cuñado del primer ministro del partido liberal (Sagasta).


Este señor ordenó la confección de un listado, bajo cuerda porque no eran legales, de los burdeles masculinos de la ciudad. Este listado suscitó un verdadero escándalo en la ciudad española, a tenor de las noticias que hacía relacionar este hecho con el desastre de Cuba, excusando la derrota española con la pérdida de la virilidad de los hombres*


El profesor Vázquez se apoya en la narración que el jefe de Policía Provincial de Cádiz, nos legó en su libro, en 1902. Un texto que instaba a perseguir los vicios de los invertidos, lo que no se sabe si este oficial, al hacer tan tendenciosa afirmación, lo hacía por la fama que tenía la ciudad, o a causa de un trabajo estadístico realizado con todo rigor científico


Sobre estadística, se cuenta que un jefe de policía destinado a esta plaza (podría haber sido el anterior), quiso conocer con exactitud el número de mariquitas que habitaban la ciudad, el oficial mandó traer a su presencia al marica más representativo de la ciudad, La Tuti, ella cuando vio entrar a dos policías se asusto tanto que nada más sabia decir, que no había echo nada, lo juraba y perjuraba toda nerviosa, los oficiales intentaron calmarla.


La presencia del comisario la asustó todavía más y temblando de miedo seguía diciendo que no había hecho nada, el comisario le pidió que lo ayudara a contar cuantos mariquitas había en la ciudad.


Como no se le acusaba de nada, la Tuti más confiada, miró fijamente al comisario, entornando uno de los ojos y llevándose el dedo índice de la mano derecha a la boca, mientras el brazo izquierdo lo mantenía en posición de cruzado con el otro, le dijo: “ Po mire usted señó comisario, nosotras semos…, se quedó como pensando el número que le iba a decir, pero éste antes que le respondiera la corrigió: “Tuti, no se dice semo, se dice somos…”, a lo que le la Tuti le respondió: ¡Ay! ¿Pero usted también es maricona? ¡Ay!, señor comisario, qué tranquila me queo ahora, sabiendo que usted es de las nuestras”.


Me encanta esta historia, de la Tuti con el comisario, aquí se ve claro el arte y la guasa de cai.

2 comentarios:

  1. Estimada Mª Jesús:
    Soy Francisco Vázquez y te escribo en relación a lo del "sambenito" gaditano. La referencia del que fuera jefe de policía es Bueno, Roberto: Piltrafas del Arroyo (policía y malhechores), Madrid, Librería de Leopoldo Martínez, 1902, p. 165, pero no se trata ni mucho menos de la única fuente de esto.
    El escándalo se debió a una filtración que llegó a la prensa nacional. Se decía que el Gobernador Civil de Cádiz llevaba un registro escondido y tolerado de burdeles para "invertidos", regulado al modo de las casas de lenocinio convencionales, o sea, con impuesto incluido. En realidad el que llevaba la lista bajo cuerda era el jefe del servicio de higiene especial (o sea, de la prostitución)El escándalo dió lugar al cese del mallorquín Pascual Ribot Pellicer (así se llamaba el Gobernador, que antes lo había sido de Valencia) y tuvo severas consecuencias políticas, pues este personaje era nada más y nada menos que cuñado de Maura. El jefe de vigilancia de Cádiz (Bueno, el del libro), considera que el revuelo motivó la ruptura de Maura y de Gamazo con el jefe del Partido Liberal, el mismísimo Sagasta. Puedes encontrar extractos de noticias de prensa sobre el asunto y comentarios nuestros en:
    MORENO MENGÍBAR, A. y VÁZQUEZ GARCÍA, F.: Crónica de una marginación. Historia de la prostitución en Andalucía (siglos XII-XX), Cádiz, BAAL Editores, 1998, pp. 177-178
    MORENO MENGÍBAR, A. y VÁZQUEZ GARCÍA, F.:Historia de la prostitución en Andalucía (siglos XII-XX), Sevilla, Fundación José Manuel Lara, 2003, pp. 220-221 (este libro es una reedición bastante ampliada del anterior)
    otros comentarios en:
    VÁZQUEZ GARCÍA, F. y CLEMINSON, R.: "El nacimiento del invertido criminal en la España Contemporánea (1850-1931)" en AAVV.: Arte y crimen. Amores, pasiones, creación y destrucción, Cádiz, Diputación de Cádiz, 2008, p. 42
    DE GABRIEL, N.: Elisa y Marcela. Más allá de los hombres, Barcelona, Contracorriente, 2008, pp. 448-449, nota 376. En este libro se recoge en el anexo VII, el texto completo de un artículo publicado en el Diario de Pontevedra, 26 de agosto de 1901, donde se alude (p. 398) a "otra inmoralidad" que costó el puesto a un Gobernador de provincia y la disidencia de Gamazo y Maura con Sagasta, jefe de gobierno entonces. hay también un artículo de Blasco Ibáñez, publicado en la prensa de la época, que alude al asunto ("El reino del Sarasa"). Creo que puede encontrarse en Internet. Un saludo

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  2. Excusas. La fama es por lo que es, porque hay mucho maricón en Cadiz y punto. Es así. Será tradición o lo que sea.

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